Hidrocefalia – Dr. Pablo Peña

Hidrocefalia

La hidrocefalia es una enfermedad que se basa en la acumulación del líquido cefalorraquídeo en las cavidades llamados ventrículos que terminan por presionar al cerebro llevando al paciente a perder funciones cerebrales. Básicamente puede afectar a los bebés y a adultos mayores a 60 años, aunque sintomáticamente pueden ser distintos. Es decir, los pacientes bebés exhiben una cabeza de tamaño desproporcionadamente grande, mientras que a los adultos no les aumenta el tamaño de la cabeza. De igual manera, los síntomas también pueden variar y los describimos a continuación:   

Bebés:

Cabeza exageradamente grande, venas y arterias pronunciadas, piel estirada y brillante, vómitos, somnolencia, irritabilidad, convulsiones, dificultad para alimentarse, crecimiento deficiente, deficiencia en tono muscular.

Adultos:

Pérdida de memoria, dificultad motora principalmente al caminar, coordinación y equilibrio carente, pérdida del control de esfínteres, razonamiento deficiente. En muchos casos estos síntomas son confundidos con diagnósticos de Demencia, Parkinson y Alzheimer con la diferencia que la hidrocefalia con presión normal es 100% curable, así que agenda una cita con el Dr. Pablo Peña Tapia para hacer el diagnóstico más acertado y preciso de tu caso o familiar y si tienes curiosidad sobre nuestros casos de éxito solo entra aquí.

 

El llamado de atención para asistir a urgencia con el bebé es principalmente el crecimiento rápido y desproporcionado de la cabeza del paciente, del mismo modo, si existe llanto agudo, problemas de succión, vómitos sin motivo aparente, convulsiones e incluso dificultad para respirar. Mientras que, para el adulto mayor el caminar particular -pasos cortos, arrastrando el andar y dificultad para girar– y el poco control de esfínteres ya es un llamado de atención para asistir a un especialista.

Causas y tipos de la hidrocefalia

 

Una de las principales causas de la hidrocefalia en la meningitis, también lesiones o tumores cerebrales, accidentes graves con traumatismo cerebral, infecciones o congénito. Ahora bien, existe tres tipos de hidrocefalia que ocasiona esta condición; hidrocefalia no comunicante o por obstrucción, es la más frecuente y se origina a obstáculos dentro de los ventrículos o en conectores entre ventrículos; hidrocefalia comunicante o por mala absorción, se debe a la incapacidad de los vasos sanguíneos de absorber el líquido cefalorraquídeo dándose regularmente por algún traumatismo; hidrocefalia normotensiva o por producción excesiva, es la opción menos frecuente basándose en que la velocidad de producción es mayor a la velocidad de absorción del líquido cefalorraquídeo.

 

Diagnóstico y posibles tratamientos

 

Este diagnóstico se basa en un examen neurológico donde se revisa el funcionamiento de los sentidos, estado muscular y cognitivo. Otro paso para el diagnóstico es someter al paciente a ecografías, resonancia magnética y/o tomografías computarizadas. Consecuentemente, los tratamientos más frecuentes se basan en la derivación un método con control periódico y con uso de por vida de una válvula, la ventriculostomía endoscópica del tercer ventrículo que suele ser un tratamiento más selectivo, y ahora, la Neuroendoscopia (técnica usada por nosotros) que consiste en la creación de un drenaje alternativo del líquido para una vía natural del cerebro de manera poco invasivo y en casos sin usa válvulas. Se estima que hoy, entre 20% y el 30% de la población con hidrocefalia se benefician de este método, evitando la válvula a toda costa.

 

En caso de necesitar una válvula, actualmente contamos con la opción de válvula programada para aumentar o disminuir la cantidad de líquido que se extrae del cerebro bajo la necesidad del paciente.

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