Históricamente la interpretación de imágenes médicas ha estado limitada al uso de formatos en 2 dimensiones tales como libros de texto, placas radiológicas, y monitores de ordenador. Sin embargo en la actualidad, las tecnologías de impresión tridimensional (3D) permiten la transformación de estas imágenes bidimensionales en objetos tangibles de tamaño real, que ofrecen información visual directa con retroalimentación táctil, que pueden ser manipulados sin riesgo. Al parecer la impresión 3D representa la evolución natural de las tecnologías de imagen diagnóstica y su uso es cada vez mayor en el entrenamiento de los profesionales de la salud.